En nuestra vida existen gestos y acciones que la marcan rotundamente. Entre estos se destacan la risa o la sonrisa. Esta actividad espontánea genera una actitud frente a todo lo que nos sucede.
Aprender a reír y a sonreír no es tareas sencilla. Es algo muy serio. Porque rompe distancias, fomenta vínculos, encuentros, complicidades, búsquedas, etc.
Las personas nos juntamos en torno a quienes destilan alegría y nos hacen sonreír. Nadie en su sano juicio comparte con gente urania y que considera que la vida es un valle de lágrimas.
La risa nos permite madurar y expresar nuestra interioridad con manifestaciones que exeden al razonamiento.
Ella ayuda a profundizar el propio conocimiento, porque a veces, como mecanismo de defensa frente a situaciones impensadas, nos permite apropiar distintas respuestas y descubrir nuestras posibles formas de actuar.
Al ser algo dinámico, el que ríe tiene muchas ventajas para los cambios, especialmente para las mutaciones épocales como la actual, porque nunca una risa responde a algo estereotipado. Suele pasar que a algunas personas las reconocemos por la manera en que ríen, incluso hay personas que al escuchar nuestra voz no nos reconocen, porque disimulamos el tono, la acentuación, etc., pero que al reír inmediatamente la sensura cae y se expresa nuestra propia manera de ser.
¿Por qué es tan importante la sonrisa en nuestra vida?
Porque por medio de ella manifestamos nuestra humanidad. Al reír y sonreír, revelamos nuestro carácter, nuestra forma de ser, nuestro temperamento o talante. Como dice F. Dostoievski..."se conoce a un hombre por el modo de reír."
Un ser humano que no ríe ni hace sonreír, vive en un clima tenso, rígido y estéril. Para evitarlo es necesario ponerle un poco de humor a la vida.
Existen demasiados motivos para angustiarnos y sufrir, pero existen numerosas causas para la alegría y la felicidad.
Y por último, porque por medio de la risa manifestamos nuestras convicciones, y solo los que creemos profundamente en algo, somos capaces de hacer bromas sobre ello.
La ironía, , la risa y la sonrisa en aquello que creemos y vivimos, comunica a los demás...nuestra libertad. Porque la alegría es consecuencia de ella.
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